
15 Ago Cuatro beneficios clave de la práctica de Mindfulness
CUATRO ASPECTOS CLAVE SOBRE CÓMO PUEDE AYUDARTE A REDUCIR Y GESTIONAR EL ESTRÉS LA PRÁCTICA DE MINDFULNESS
Nuestras mentes de algún modo están entrenadas en el hábito de solucionar problemas y conseguir cosas. Estamos habituados a sufrir, incluso podemos llegar a creer que es “lo normal”.
El hábito reactivo de rechazar lo que no nos gusta y desear con apego lo que nos gusta, genera sufrimiento. Un sufrimiento evitable si fuésemos capaces de aceptar las cosas tal y como son, con la calma suficiente para ver todas las opciones posibles.
La intranquilidad, el enfado, la tristeza, la reactividad desproporcionada, el pensamiento circular y compulsivo, las emociones que secuestran la razón, el evitar hacernos cargo de la realidad que no nos gusta mediante la negación o la evitación, y en general todos esos pensamientos, emociones, sentimientos o acciones que nos llevan a sentirnos mal y ansiosos, no son más qué hábitos adquiridos y de alguna manera aceptados como “normales”. La práctica de Mindfulness lo que hace es entrenar la mente a funcionar de otro modo mucho más lúcido, realista y beneficioso. Digamos que actualiza nuestro “software” mental por otro más natural y cómodo, más allá de nuestras creencias y patrones limitantes para permitir que surja la sabiduría que hay dentro de nuestro ser de forma espontánea al convertirnos en observadores ecuánimes que miran las cosas sin juzgar ni reaccionar ciegamente con la atención enfocada y correcta.
Mindfulness nos puede ser de gran ayuda para lograr el equilibrio interno adecuado para:
- Aceptar que las cosas sean tal cual son, mediante la práctica formal vamos a entrenar la mente a observar todo lo que se manifiesta desde una distancia consciente sin juzgar, sin reaccionar ni rechazar mecánicamente lo que está ocurriendo en nuestra experiencia en el momento presente.
- Vivir el aquí y el ahora, dirigiendo una y otra vez la atención a nuestro cuerpo y respiración dejando pasar pensamientos y emociones que nos lleven al pasado o al futuro.
- Soltar el deseo de control, aprendiendo a ser observadores lúcidos de nuestra realidad con ecuanimidad, comprensión y cariño, para así, desde la calma, poder cambiar lo que está en nuestra mano o permitir que existan pacíficamente las cosas que no nos gustan o desagradan aceptando su existencia.
- Adaptarnos y fluir con el cambio constante, desde la observación tranquila del mismo. La práctica de Mindfulness, además de calmar nuestra mente mediante la concentración y la atención sostenida en un objeto, nos permite VIVIR de manera consciente el cambio constante. Desde los niveles físicos más evidentes a otros más sutiles. El cambio constante es una característica incuestionable de todo lo que existe en nuestra vida y a lo que no “escapa” nada. Aprender a fluir y convivir con él, va a ayudarnos a llevar una vida mucho más feliz y equilibrada.
No obstante, sobre estos aspectos seguiremos profundizando en próximos artículos
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