Muchas gracias por visitar gestionestres.com, un sitio web dedicado a presentar mi trabajo como
Además, Gestión Estrés es el lugar donde podrás leer El Blog personal de Fernando Mancebo, donde periodicamente publico artículos sobre Filosofía Estoica, Mindfulness y Eneagrama con el fin de fomentar el autoconocimiento y el crecimiento personal para hacernos la vida más fácil. Puedes visitarlo haciendo clic aquí.
Me gustaría contarte cómo he llegado hasta aquí.
Dejé los estudios “oficiales” muy pronto. En aquella época tenía muy claras dos cosas. La primera, mi afición por la música y, la segunda, que no quería tener un trabajo “normal”. No me veía esforzándome en una empresa haciendo cosas que no me interesaran. Así que tras acabar el bachillerato dejé de estudiar y empecé a escribir artículos en revistas musicales.
Esta etapa de mi vida fue (aparentemente) alucinante. Me ganaba la vida haciendo algo que hubiera hecho gratis. Vi en directo y conocí personalmente a los grupos que eran mis ídolos rockeros. Además viajaba y me relacioné con mucha gente interesante y divertida.
Fueron mis “locos años 90” en todos los sentidos. El problema era, que pese a que mientras mis amigos estudiaban o trabajaban en cosas -bajo mi punto de vista de entonces- nada interesantes y aburridas, y yo en cambio llevaba una vida estimulante y de ensueño para un chaval de veintipocos años, no era feliz. No era feliz por que estaba plenamente identificado y esclavizándome a ser un personaje que en lo más profundo de mi ser, no me llenaba. Esto hacía que inconscientemente me llevara muy, pero que muy mal, conmigo mismo.
El primer punto de inflexión importante en mi vida, ocurrió alrededor del final de la segunda mitad de los años 90. Buscando en la biblioteca de mis padres, encontré un libro sobre budismo, donde leí por primera vez la palabra meditación y me enteré que el mundo y las cosas no son como las vemos sino cómo las interpreta nuestra mente.
En este momento, retomé los estudios con avidez. Comencé a estudiar para conocerme y saber qué estaba pasando dentro de mí que me impedía sentirme bien.
De este modo, devoré libros sobre psicología, budismo, meditación y mística cristiana. La primera conclusión importante que saqué de todo este primer estudio, fué el desencanto por seguir peleándome con la realidad para que fuera distinta a como es. Entendí que era mi percepción de las cosas y de mi mismo lo que debía cambiar.
Así pués, decidí a pasar a la acción. Aprendí meditación con grupos budistas, participé en grupos de oración cristianos, recurrí a técnicas de medicina natural como la acupuntura y el Reiki para mejorar mi estado físico y mental, empecé a hacer retiros por mi cuenta por monasterios de toda España, en busca de una vocación que parecía se estaba despertando. También emprendí un trabajo personal de psicoterapia que duró cinco años, aunque dividido en dos etapas, una por cada “punto de inflexión”.
Pero lo más divertido de todo esto, es que lo hacía en absoluto secreto. Nadie sabía nada. Era como una doble vida.
Una cosa era que estuviera tratando de buscar un sentido a mi vida, pero tampoco quería poner en riesgo al personaje, no fuera que realmente fuera quién de verdad quería ser. Tenía un lío importante. La verdad es que me produce mucha ternura acordame de aquellos años.
Posteriormente, en la segunda mitad de los años noventa, abandoné “mi doble vida”. Entre otras cosas por que lo de escribir para revistas musicales empezó a dejar de ser rentable para mí. Ya empezaba a querer tener un buen coche e independizarme por lo que necesitaba mas dinero.
Esto hizo que mi foco de atención girase, y de alguna manera se calmó un poco mi interior ante estas atractivas perspectivas.
Entonces volví al modo “hacer”, y monté junto a Pepe, mi socio, amigo y hermano (mi padre siempre le consideró su “tercer hijo”) , un negocio de venta e importación de discos que nos proporció una holgada situación económica y la libertad de ganarnos la vida de forma independiente y divertida durante muchos años.
La verdad, es que en este punto del camino, pese a lo interesante y entretenidos que fueron los cambios que me trajeron la abundancia económica, ya había empezado a saber ciertas cosas que me ayudaron a sufrir menos y a conocerme más. Gracias a esto pude disfrutar más esta etapa al llevarme mejor con este tal Fernando. No obstante, algo había ahí que no acababa de encajar.
Así pues, no tardaron muchos años para que narcotizado por lo “bien que me iban las cosas”, volviera a “abandonara los estudios” y el trabajo personal que había emprendido años atrás. Tan solo mantuve una tímida práctica de meditación, que posiblemente fué lo que realmente me sostuvo.
De nuevo, diluí mi “ser en el hacer” identificándome otra vez más con mi trabajo y llegaron los siguientes nuevos “años locos”.
Entonces, en mitad de este confort, a todas luces eterno, llegó el segundo punto de inflexión en la navidad de 2012. ¿Quien me lo iba a decir a mí?
Una cama de hojas de laurel, es sin duda un lugar muy cómodo para dormir, pero poco fiable y peligroso.
Sé esto, por que ahí estaba yo echando un sueñecito placidamente cuando llegó la crisis económica del 2008 sin que nada fuera conmigo. Y así fué hasta que me despertó súbitamente la ruina en las navidades de 2012. Para entonces no me quedaba en el banco dinero ni para pagar el siguiente plazo de mi hipoteca.
Tuve que tomar una decisión de urgencia. Llevado por lo inmediato y por la facilidad para encontrar trabajo – un trabajo que por otro lado sabía te otorgaba cierta independencia-, me inscribí en una academia y en poco mas de un més, aprobé el examen para ser taxista en Madrid.
Siempre estaré profundamente agradecido a este trabajo. Además de permitirme, con muchísimo esfuerzo eso sí, salir adelante en mitad de una crisis económica brutal, contribuyó a que este segundo punto de inflexión en mi vida, diera los frutos que llevo recogiendo desde 2017.
En los casi siete años que estuve trabajando con un taxi en Madrid ocurrieron cosas así de importantes:
En resumen, volví al “modo SER”. Con la determinación de quedarme en él, estando, cómo no, atento a las distracciones que seguro vendrán a sacarme de la ruta.
El budismo es quizás el pilar fundamental sobre el que he ido construyendo mi pequeño “refugio seguro” interior y la guía de vida, que dentro de mis limitaciones e ignorancia, he tratado siempre de seguir.
Conocí esta práctica sobre el año 2000, gracias al libro de William Hart “La Vipassana: el arte de la meditación budista” (Ed. Edaff/Nueva Era).
Comencé a practicar de forma autodidacta, también participé en grupos de meditación y asistí a retiros con monjes de la tradición Tibetana, pero me adentré seriamente en esta disciplina a raíz de conocer a principios de 2012, la Asociación Española de Meditación Vipassana y a su fundador Jerome Lamarlere. Sin duda una persona por la que siento gran afecto, respeto y agradecimiento inmenso por todo lo que me ha dado como profesor de Vipassana y como terapeuta.
A partir de este momento empecé a practicar siguiendo las enseñanzas de la tradición budista Theravada. Además de aprender con Jerome, he tenido la fortuna de recibir enseñanaza en retiros de meditación Vipassana de importantes maestros como Ajahn Amaro, Ajahn Vajiro y Ajahn Abhinando.
He participado en el programa de entrenamiento profesional en Reducción de Estrés y Terapia Cognitiva Basados en Mindfulness con el modelo usado en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts, impartido por Fernando A. de Torrijos, estrecho colaborador de Jon Kabat-Zinn y profesor Senior del Center For Mindfulness de Massachusetts.
Con Mario Carrillo, de Dhammasati, además de talleres de formación como instructor, prácticas semanales y retiros, he realizado varios cursos de ocho semanas de Mindfulness con el programa MBSR.
Con Asier Bernaola, amigo personal y colaborador de Gestión Estrés, he realizado el programa oficial de 8 semanas de Mindfulness y Autocompasión MSC.
También he realizado el curso On Line de cinco semanas de MBTB: Mindfulness basado en la Tradición Budista con el maestro Zen Dokusho Villalba.
Fue precisamente Jerome quién me habló por primera vez del Eneagrama. Despertó en mi el interés y empecé a informarme y a leer algún libro.
Conocer el Eneagrama fue una especie de revelación. De pronto, al leer las descripciones de los eneatipos empecé a comprender por qué las personas que conocía se comportaban de la manera que lo hacían, pero sobre todo el descubrir que mi personalidad se ajustaba al eneatipo 6, puso “nombres y apellidos” a las dificultades personales con las que me había ido encontrando a lo largo de mi vida.
Rápidamente empecé a sentir ganas de saber cómo ponerlo en práctica, y es ahí cuando a finales de 2016 conocí a Alberto Peña Chavarino y su curso de formación como «Experto en Eneagrama”.
Con Alberto y su Instituto de Coaching Personal, he aprendido a utilizar el Eneagrama de forma profesional para poder realizar consultas personales, de las que puedes informarte aqui y realizar cursos de formación. Además, con él me he formado en
Actualmente, además de mantener un sólida amistad personal con Alberto, tengo el privilegio y me siento profundamente agradecido por ser profesor y coordinador de su Máster en Coaching con Eneagrama
Libro Bases Fundamentales para la Práctica de Mindfulness. Este libro está actualmente en revisión, por lo que, de momento, no está disponible hasta la próxima edición.
Programa de entrenamiento en las Bases Fundamentales para la práctica de Mindfulness o Programa BFPM.
Método MAPA: Mindfulness aplicado a la Psicología de la Personalidad y el Eneagrama.
Desde finales de 2018, colaboro junto a otros compañeros y compañeras, con la asociación CONCAES en un proyecto para llevar la práctica de Mindfulness a las prisiones.
Fernando Mancebo es coach, profesor de Mindfulness y Eneagrama y colaborador de Alberto Peña Chavarino