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Algunos consejos fundamentales para practicar Mindfulness

Eneagrama para el autoconocimiento

Algunos consejos fundamentales para practicar Mindfulness

 

Antes de iniciarnos en la práctica de Mindfulness, conviene tener muy en cuenta una serie de recomendaciones para desarrollarlas cada vez que nos sentemos a meditar:

 

ACTITUD Y COMPROMISO

– Nuestra consciencia e intención ha de estar enfocada en generar un estado de presencia en el momento presente, en sentirnos aquí y ahora.

– Abandonamos conscientemente  cualquier intención de controlar la experiencia, de modificarla o juzgarla.

– Cuando nos sentemos a meditar, lo hacemos con el firme propósito de renunciar a preocuparnos por otra cosa que no sea la práctica. Si aparecen pensamientos o planes o cualquier actividad mental, no nos enredamos en ello, los permitimos estar hasta que se marchen o directamente lo dejamos pasar. Tomamos nota que existen, que están, y volvemos a nuestro objeto de atención.

 

ATENCIÓN ENFOCADA ENTORNO A LA RESPIRACIÓN

– Recuerda que la respiración es tu ancla. Se en todo momento consciente de ella. Tener una parte de nuestra atención siempre unida al hecho de respirar es la base de mindfulness, es nuestra unión constante al presente.

– Genera en tu mente el estado de presencia sintiendo tu cuerpo y tu respiración.

– No te desanimes por distraerte. El desánimo y la frustración, como cualquier emoción negativa, son peor que el hecho en sí. Considera a las distracciones como nubes que surcan el cielo de tu mente. Recuerda en devolver tu atención una y otra vez a la respiración o a las sensaciones corporales.

 

LA POSTURA. CONSCIENCIA CORPORAL

– Es muy importante mantenernos inmóviles durante la sesión de meditación, por eso sé hábil a la hora de elegir donde y como te vas a sentar: en una silla, cojín o banquito de meditación,  crea las condiciones apropiadas para mantener la atención de manera estable durante todo el tiempo.

– La espalda y la nuca han de mantenerse rectas pero sin tensión. La barbilla ligeramente inclinada hacia el pecho pero no caída y dejamos surgir una leve sonrisa que suavice nuestra actitud hacia la práctica y lo que momento a momento va a ir apareciendo en nuestra experiencia presente.

– Adopta una postura firme que te permita mantener una atención lúcida sin caer ni en tensión ni en somnolencia.

– Cuando sientas alguna molestia física ya sea un picor, dolor o entumecimiento, igual que en otros casos, pon la atención ahí, evita la reacción automática de alivio inmediato y promueve la acción consciente.

Los pasos serían sentir el desagrado, hasta donde seamos capaces o estemos dispuestos a mantener esa molestia para observar el fenómeno e incluirlo en la práctica, pero si esa sensación nos causa demasiados problemas, muy conscientemente y despacio para captar todos los detalles del proceso, nos arascamos o cambiamos la postura.

 

EL “ETIQUETADO”

– Procura relacionarte con los pensamientos, dolores y emociones no como “mi esto o lo otro”. Si se manifiesta un dolor, lo observamos como “dolor”, el “mi” lo soltamos. Al principio quizás te puede ser útil lo que se llama “etiquetar”: aparece una sensación de tristeza, ponemos atención a ella y para evitar que nos implique la emoción la observamos repitiendo mentalmente “tristeza, tristeza, tristeza” así hasta que se vaya o deje de parecernos interesante. Esto es un truco hábil pero no olvides que el objetivo de Mindfulness es precisamente el de observar las cosas tal cuál son desde la parte contemplativa de la mente y no desde la conceptual. Aunque una etiqueta es un concepto, es cierto que al ser algo tan concreto y aséptico, facilita el frenar la proliferación de pensamientos y emociones asociadas a ese dolor o tristeza.

Como truco, úsalo mientras lo consideres útil, y abandónalo en cuanto sientas que no te hace falta.

Si quieres saber más sobre como iniciarte en la práctica de Mindfulness puedes ver este vídeo en mi canal de YouTube.

 

Fernando Mancebo
fernando@gestionestres.com
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